No hay una única forma de definir a cada una de las identidades de la comunidad trans pues todas ellas están en proceso de construcción y cambio. Aquí un acercamiento histórico para saber de dónde vienen, aunque no a dónde van.
Siglo XIX
Magnus Hirschfeld (Kolberg, Alemania, 1868-1935) acuña el término travesti. Hirschfeld desarrolló la teoría del tercer sexo, intermedio entre varón y mujer. Se interesó en el estudio de una amplia variedad de necesidades sexuales y eróticas en una época en la que la taxonomía de la identidad sexual aún estaba en formación. Hirschfeld utiliza el término travesti para definir a personas que sienten compulsión por usar ropas del sexo opuesto y lo diferencia de homosexualidad como una forma de actividad sexual contraria a la norma heterosexual. Utiliza a su vez la palabra transexual como forma genérica para lo que hoy denominamos transexuales, travestis y homosexuales.
Para Havelock Ellis (1859-1939), el problema del vestido es sólo un elemento de lo que él denomina eonismo o también inversión sexo-estética, aquella que conducía a una persona a sentirse como alguien del sexo opuesto y a adoptar sus hábitos, manteniendo la dirección de su impulso sexual.
En 1897 Hirschfeld fundó el Comité científico humanitario para defender los derechos de los homosexuales y anular el parágrafo 175 de la ley alemana. El eslogan del comité, "Justicia a través de la ciencia", reflejaba la creencia de Hirschfeld que un mejor conocimiento de la homosexualidad eliminaría la hostilidad hacia los homosexuales.
Harry Benjamin (Berlín, Alemania, 1885-1986) es conocido como el padre del transexualismo. Establece que la diferencia entre travestismo y transexualismo es que en el primero los órganos sexuales son fuente de placer, en el segundo son fuente de disgusto. Diferencia así tres tipos de transexuales: el no quirúrgico, el verdadero de intensidad moderada (cirugía media) y el verdadero de intensidad alta (cirugía completa). El transexual se define por tanto por requerir un cambio de sexo y su problema es de género, el del travesti es social y el del homosexual es sexual, donde el sexo se ubica debajo del cinturón y el género por encima de éste. Benjamin respalda la existencia de lo trans al plantear que es imposible adaptar la mente al cuerpo y por tanto es necesario adaptar el cuerpo a la mente.
Siglo XX
A principios del siglo XX se realizan los primeros esfuerzos científicos por estudiar la sexualidad y se dictan las primeras especulaciones sobre la homosexualidad, intersexualidad, hermafroditismo y travestismo.
La aparición del término género, a mediados del siglo XX, en el campo de las ciencias médicas sirve en primera instancia para explicar prácticas nombradas como “aberraciones sexuales”, entre ellas el travestismo.
Robert Stoller (New York, Estados Unidos, 1925-1991) conduce a la conceptualización del transexualismo como un desorden de la identidad de género. El transexual es para él un individuo que ha desarrollado una identidad de género equivocada según su sexo propio. De este modo se deriva el problema de los “desórdenes sexuales”, del sexo al género, que es también visto como un paso del consultorio médico a la calle, por las protestas de movimientos de travestis que derivaron en la despatologización de sus prácticas sexuales, así como de las homosexuales, aunque el transexualismo sigue, aún hoy, en la agenda médica.
Desde la antropología el travestismo es presentado como un tercer estatus sexual o el tercer género, que tiene un correlato biológico en el intersexo, ambos agrupan a individuos de género confuso. Aunque en la práctica alterne entre ambos sexos, están quienes los ubican en uno u otro género (masculino o femenino). En cualquier caso hay consenso sobre el carácter ficcional que vincula género con sexo, aunque para algunos la ambigüedad del travestismo cuestionaría todos los binarismos (sexo/género, gay/no gay, masculino/femenino).
Para Judith Butler (EU,1956) es inútil ubicar a los grupos de diversidad sexual fuera del género, sino más bien es necesario deconstruir el concepto mismo de género. En muchos otros casos, el acuñar el término tercer género ha sido consecuencia de equiparar el travestismo como expresión institucionalizada de la homosexualidad.
Siglo XXI
El transexualismo se introdujo en el Manual de Diagnóstico y Estadística de Transtornos Mentales en 1980. En 1994 se reemplazó el diagnóstico de transexualismo por transtorno de identidad sexual. La transexualidad es considerada un transtorno de la salud mental en la medida que se trata de patrones de comportamiento que producen una desventaja adaptativa causando sufrimiento personal. Aunque la comunidad GLTB está en desacuerdo con esa nomemclatura.
Con las organizaciones de población trans se ha dado voz en los últimos años del siglo pasado y en el presente a los propios individuos para que den su testimonio sobre lo que para ellos es ser travesti, transexual, transgénero, entre otras identidades diversas.