Los disturbios de Stonewall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como el Stonewall Inn del barrio neoyorquino de Greenwich Village. Frecuentemente se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno, y son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.
Durante las décadas de 1950 y 1960 los gays y lesbianas estadounidenses debían enfrentarse a un sistema legal mucho más hostil con los homosexuales que en muchos de los países al este del telón de acero. Los primeros grupos homófilos de EE. UU. intentaron demostrar que las personas homosexuales podían insertarse en la sociedad, y fomentaron una cultura de no confrontación entre homosexuales y heterosexuales. Sin embargo, los últimos años de la década de 1960 fueron muy turbulentos, ya que había muchos movimientos sociales activos, tales como el movimiento afroamericano pro-derechos civiles (1955-1968), la contracultura de los 60 y las manifestaciones contra la guerra. Este clima beligerante, junto al ambiente liberal del Greenwich Village, influyó para que se produjeran los disturbios de Stonewall.
Había pocos establecimientos que acogían a personas abiertamente homosexuales durante las décadas de 1950 y 1960. Los que sí lo hacían eran generalmente bares, aunque sus propietarios y administradores raramente eran gays. El Stonewall Inn, en aquella época, era propiedad de la mafia. Servía a gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad gay: transexuales, drag queens, jóvenes afeminados, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo. Las redadas policiales en los bares gays eran algo rutinario durante la década de los 60, pero los agentes de policía perdieron repentinamente el control de la situación en el Stonewall Inn y atrajeron a una muchedumbre, provocando que se rebelasen. La tensión entre la policía de Nueva York y los residentes gays de Greenwich Village produjo más protestas la siguiente tarde, y sucesivamente varias noches después. En cuestión de semanas, los residentes del Village rápidamente se organizaron en grupos de activistas para concentrar esfuerzos en aras de establecer lugares para que gays y lesbianas pudieran manifestar abiertamente su orientación sexual sin miedo a ser arrestados.
Tras los disturbios de Stonewall, los gays y lesbianas de Nueva York hicieron frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada. A los seis meses se habían creado dos organizaciones de activistas gays en Nueva York, con objeto de realizar protestas de confrontación, y además se fundaron tres periódicos para promover los derechos para gays y lesbianas. En pocos años se fundaron organizaciones de derechos homosexuales a lo largo de todo Estados Unidos y a nivel internacional. El 28 de junio de 1970 tuvieron lugar las primeras marchas del Orgullo Gay en las ciudades de Nueva York y Los Ángeles, conmemorando el aniversario de los disturbios. Con el tiempo, otras ciudades fueron organizando marchas similares. Hoy día se celebran actos del Orgullo Gay anualmente por todo el mundo hacia finales de junio, para recordar los disturbios de Stonewall.
1.Contexto
1.1 La homosexualidad en la primera mitad de siglo
1.2 Activismo homófilo y disturbios anteriores
1.3 Greenwich Village
1.4 Stonewall Inn
2. Los disturbios
2.1 La redada
2.2 "El colmo"
2.3 Escalada
2.4 "Rebelión abierta"
2.5 "Situación intolerable"
3. Repercusiones
3.1 Gay Liberation Front
3.2 Gay Activists Alliance
3.3 Orgullo gay
1. Contexto
1.1 La homosexualidad en la primera mitad de siglo
Tras la agitación social producida por la Segunda Guerra Mundial, mucha gente en los Estados Unidos sintió un ferviente deseo de "restaurar el orden social anterior a la guerra y mantener a raya las fuerzas del cambio", según el historiador Barry Adam. Estimulado por el énfasis anticomunista nacional, el senador Joseph McCarthy organizó interrogatorios en su comisión senatorial para localizar a comunistas en el gobierno estadounidense, el ejército de EE. UU. y otras instituciones subvencionadas por el gobierno, dando lugar a una paranoia nacional. Los comunistas, anarquistas y otras personas catalogadas como anti-estadounidenses y subversivas eran consideradas un riesgo para la seguridad. Los homosexuales fueron incluidos en esa lista en 1950 por el Departamento de Estado de EE. UU., bajo la teoría de que estas personas eran frecuentemente susceptivas de chantaje. El secretario de Estado James E. Webb señaló en un informe que, "se cree generalmente que aquellos que realizan actos abiertamente perversos carecen de la estabilidad emocional de las personas normales". Entre 1947 y 1950, 1.700 solicitudes de trabajo federales fueron rechazadas, 4.380 personas fueron expulsadas del ejército y 420 fueron despedidas de sus trabajos en el gobierno por la sospecha de que fueran homosexuales.
Durante los 50 y 60, el FBI y los departamentos de policía realizaron listas de homosexuales conocidos, registrando sus establecimientos favoritos y sus amistades. Por otro lado, el Servicio Postal de los Estados Unidos mantenía un registro de los domicilios a los que se enviaba por correo material relacionado con la homosexualidad. Los gobiernos locales y estatales siguieron ese ejemplo: los bares que servían a homosexuales fueron cerrados, y sus clientes arrestados y públicamente expuestos en los periódicos. Las ciudades realizaban campañas para librar a los vecindarios, parques, bares y playas de los gays. Se prohibió el uso de la vestimenta del sexo contrario, y las universidades expulsaban a los profesores sospechosos de ser homosexuales. Miles de gays y lesbianas fueron públicamente humillados, acosados físicamente, despedidos, encarcelados o ingresados en hospitales psiquiátricos. Muchos vivían una doble vida, manteniendo sus vidas privadas en secreto y alejadas de sus vidas profesionales.
En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría catalogó la homosexualidad en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual, DSM) como un trastorno sociopático de la personalidad. Un estudio detallado de la homosexualidad de 1962 justificaba la inclusión del trastorno como un miedo oculto al sexo opuesto, causado por relaciones padre-hijo traumáticas. Esta opinión tuvo una amplia influencia en la profesión médica de la época. Sin embargo, Evelyn Hooker realizó en 1956 un estudio que comparaba la felicidad y adaptación a su entorno de hombres que se identificaban a sí mismos como homosexuales, con hombres heterosexuales, y no encontró ninguna diferencia. Su estudio conmocionó a la comunidad médica y la convirtió en una heroína para muchos gays y lesbianas, pero la homosexualidad permaneció en el DSM hasta 1973.
1.2 Activismo homófilo y disturbios anteriores
En respuesta a la tendencia antihomosexual generalizada, se habían formado dos organizaciones independientes para defender la causa de los homosexuales y procurar oportunidades sociales para que gays y lesbianas pudieran mantener contactos sociales sin miedo a ser arrestados. En 1950 un hombre gay llamado Harry Hay y un grupo de seguidores, cansados del trato discriminatorio por su orientación sexual, fundaron la Sociedad Mattachine. Esta organización unió a gays que habían estado aislados en el ejército y los animó a luchar por sus derechos, proporcionando además asistencia legal, liderazgo e información. Al encontrar una gran oposición a su posición radical, en 1953 la sociedad decidió orientarse hacia la búsqueda de la respetabilidad y la aceptación. El razonamiento era que se podrían cambiar más mentalidades en lo relativo al tema de la homosexualidad demostrando que gays y lesbianas eran personas normales que no se diferenciaban de los heterosexuales. Poco tiempo después, varias mujeres de San Francisco se reunieron para formar el grupo Daughters of Bilitis (DOB) para lesbianas. Aunque las ocho mujeres que crearon DOB se juntaban inicialmente en los salones de sus casas para poder tener un lugar seguro donde poder bailar, al crecer DOB desarrollaron objetivos similares a los de la sociedad Mattachine, y animaron a sus miembros a implicarse en la sociedad.
Uno de los primeros desafíos contra la represión gubernamental llegó en 1953. Una organización llamada ONE publicó la revista ONE, Inc. y el Servicio Postal se negó a enviarla por correo. El número de la revista, enviado en un envoltorio de papel ordinario, trataba sobre los homosexuales en matrimonios heterosexuales. El Servicio Postal alegó que contenía material obsceno. El caso llegó al Tribunal Supremo, que en 1958 sentenció que el veto era ilegal y que One, Inc. podía distribuir su material a través del Servicio Postal de los Estados Unidos.
Las organizaciones homófilas, como eran conocidos los grupos gays, crecieron en número y se expandieron hasta la Costa Este. Gradualmente los miembros de estas organizaciones fueron volviéndose más atrevidos. Frank Kameny fundó la Mattachine de Washington, D.C. Había sido despedido del Servicio de Mapas del ejército de Estados Unidos por ser homosexual, e interpuso demandas para ser readmitido sin éxito. Kameny escribió que los homosexuales no eran diferentes de los heterosexuales, frecuentemente dirigiendo sus esfuerzos a los profesionales de la salud mental (algunos de los cuales asistieron a reuniones de DOB y Mattachine, diciendo a los asistentes que eran anormales). En 1965 Kameny, inspirado por el movimiento afroamericano de derechos civiles, organizó un piquete en la Casa Blanca y otros edificios gubernamentales para quejarse de la discriminación laboral que sufrían. Los piquetes causaron una fuerte impresión entre muchos homosexuales, aunque no gustaron a algunos de los líderes de Mattachine y DOB. Al mismo tiempo, las manifestaciones de los movimientos feministas y de derechos humanos y la oposición a la guerra de Vietnam fueron aumentando en prominencia, frecuencia y seriedad a lo largo de la década de 1960, a la par que los enfrentamientos con la policía.
En los márgenes de las escasas y pequeñas comunidades gays existían personas que desafiaban los estereotipos de género. Había hombres afeminados y mujeres masculinas, o varones que se vestían y vivían como mujeres y mujeres que se vestían como hombres, a tiempo completo o parcial. La nomenclatura actual los definiría como transexuales y travestis, siendo los representantes más visibles de las minorías sexuales. Echaban por tierra la afirmación cuidadosamente diseñada por DOB y la Mattachine de que los homosexuales eran personas normales y respetables. La Mattachine y DOB consideraban los juicios de los arrestados por llevar ropa del sexo opuesto como algo externo a las luchas de las organizaciones homófilas: similar, pero claramente separado. En este clima, algunos gays y personas transgénero efectuaron una pequeña revuelta en Los Ángeles en 1959 como respuesta al acoso policial. En 1966 varios transexuales, drag queens, chaperos y travestis se encontraban en la Cafetería Compton's de San Francisco, cuando llegó la policía para arrestar a los "hombres" vestidos de mujeres. Se formó un altercado entre los clientes habituales, que lanzaron a la policía vasos, tazas, platos, rompiendo el escaparate y la cristalera de la puerta del restaurante. Regresaron varios días más tarde para romper de nuevo las ventanas que habían sido reemplazadas. La catedrática Susan Stryker clasifica el disturbio de la Cafetería Compton's como un "acto de discriminación antitransgénero, más que un acto de discriminación por orientación sexual" y relaciona el levantamiento con otros asuntos de género, raza y clase que estaban siendo ignorados por las organizaciones homófilas. Este incidente supuso el inicio del activismo transgénero en San Francisco.
1.3 Greenwich Village
Los barrios neoyorquinos de Greenwich Village y Harlem se habían convertido en el lugar de residencia de una considerable parte de la población homosexual tras la Primera Guerra Mundial, cuando muchos hombres y mujeres que habían servido en el ejército aprovecharon la oportunidad de establecerse en las grandes ciudades. Los enclaves de gays y lesbianas, descritos en un periódico de la época como "mujeres de pelo corto y hombres de pelo largo", desarrollaron una subcultura específica en las dos décadas posteriores. La ley seca benefició sin proponérselo a los establecimientos gays, ya que el beber alcohol se convirtió en una conducta clandestina al igual que otras actividades consideradas inmorales. La ciudad de Nueva York había aprobado leyes contra la homosexualidad en negocios públicos y privados, pero al haber una alta demanda de alcohol, los speakeasies y bares improvisados eran tan numerosos y temporales que las autoridades eran incapaces de controlarlos todos.
La represión social de la década de 1950 provocó una revolución cultural en Greenwich Village. Surgió una cohorte de poetas, después denominada la generación beat, que escribieron sobre la anarquía, las drogas y los placeres hedonísticos. Entre ellos estaban Allen Ginsberg y William S. Burroughs, ambos residentes del Greenwich Village, que también escribieron sobre la homosexualidad. Sus escritos atrajeron a personas de mentalidad abierta y a homosexuales que buscaban una comunidad propia.
A inicios de la década de 1960 se encontraba en pleno apogeo una campaña para librar a la ciudad de Nueva York de bares gays, ordenada por el Alcalde Robert F. Wagner, Jr., que preparaba la Feria mundial de Nueva York de 1964 y que estaba preocupado por la imagen de la ciudad. La ciudad revocó las licencias para servir alcohol en los bares y policías encubiertos intentaban arrestar a la mayor cantidad posible de homosexuales, justificando las detenciones con delitos a los que ellos mismos incitaban. Para lograrlo, habitualmente, un agente encubierto entablaba una conversación con un hombre que había encontrado en un bar o un parque público. Si la conversación derivaba en la posibilidad de mantener relaciones sexuales o si aceptaba una bebida a la que le invitaba el agente, el hombre era arrestado por incitación a actividades prohibidas. Un artículo en el New York Post describió un arresto en el vestuario de un gimnasio en el que un agente se tocó la entrepierna y empezó a gritar; cuando un hombre le preguntó si estaba bien, fue arrestado. Pocos abogados defendían casos como estos, que consideraban indeseables e incluso algunos proporcionaban descuentos en sus honorarios a los agentes encubiertos.
La Sociedad Mattachine consiguió que el recién electo alcalde John Lindsay pusiera fin a la campaña de acoso policial en Nueva York. No tuvieron tanto éxito con la State Liquor Authority (Autoridad Estatal de Bebidas Alcohólicas). Aunque ninguna ley prohibía que se sirviera a homosexuales, las cortes permitían a la Autoridad que ejerciera de forma discrecional la aprobación y revocación de las licencias para establecimientos que fomentaran conductas "desordenadas". A pesar de que había una gran población gay y lésbica en el Greenwich Village, existían muy pocos lugares, a excepción de los bares, donde pudieran reunirse abiertamente sin ser acosados o arrestados. En 1966 la sección neoyorquina de la sociedad Mattachine organizó una reunión para beber en un bar de Greenwich Village frecuentado por hombres gays, para ilustrar la discriminación a que se enfrentaban los homosexuales.
Ninguno de los bares frecuentados por gays y lesbianas tenía propietarios gays. Casi todos eran propiedad de la mafia italiana, que maltrataba a sus clientes habituales, aguaba el alcohol y cobraba un precio excesivo por las bebidas. Sin embargo también sobornaba a la policía para prevenir las redadas frecuentes.
2. Los disturbios
2.1 La redada
A la 1:20 de la madrugada del sábado 28 de junio de 1969, irrumpieron cuatro policías vestidos de civil con dos oficiales de policía en uniforme de patrulla, el detective Charles Smythe y el subinspector Seymour Pine, entraron por la puerta principal y anunciaron su presencia a gritos. Antes habían entrado en el bar cuatro agentes de incógnito para inspeccionar, mientras el Escuadrón de Moral Pública esperaba afuera la señal. Una vez dentro, usaron el teléfono de pago del bar para avisar a refuerzos del sexto distrito. Apagaron la música y encendieron las luces principales. Había aproximadamente 200 personas en el bar esa noche. Los clientes que nunca habían experimentado una redada policial estaban desconcertados, pero algunos, reconociendo lo que estaba ocurriendo, corrieron hacia las puertas y las ventanas de los baños. La policía bloqueó las puertas y la confusión aumentó. Uno de los presentes, Michael Fader, recuerda el momento así: "Las cosas pasaron tan rápido que te quedabas sin saber nada. De repente había policías por todas partes y nos dijeron que formáramos fila y tuviéramos lista nuestra identificación para que nos llevaran afuera".
La redada no sucedió como se esperaba. El procedimiento de costumbre era poner en fila a los clientes, revisar su identificación y que policías mujeres llevaran a los clientes vestidos de mujer al baño para comprobar su sexo y arrestar a cualquier hombre que estuviera vestido de mujer. Los que iban con ropa de mujer se negaron a ir con las oficiales esa noche. Los demás hombres comenzaron a negarse a mostrar su identificación. Los agentes decidieron llevar a todos los presentes a la comisaría y separaron a las transexuales y travestis en un cuarto en la parte de atrás del bar. Maria Ritter, conocida por su familia como Steve, recuerda: "mi mayor miedo era ser arrestada. Mi segundo mayor miedo era que mi fotografía estuviera en un periódico o reportaje de televisión, ¡con el vestido de mi madre!". Tanto clientes como policías refirieron que la sensación de incomodidad creció rápidamente, agravada por unos policías que comenzaron a manosear de forma inapropiada a algunas de las lesbianas al cachearlas.
La policía había decidido transportar el alcohol del bar en los coches celulares. Se decomisaron veintiocho cajas de cerveza y diecinueve botellas de bebidas destiladas, pero los coches celulares todavía no habían llegado, por lo que los clientes tuvieron que esperar en fila durante unos 15 minutos. A los que no se arrestó, se les echó del bar, dejándoles en libertad, pero no despejaron el lugar rápidamente como era lo normal. La gente se quedó frente al bar y se formó una muchedumbre de personas que observaban el acontecimiento. A los pocos minutos entre 100 y 150 personas se habían congregado cerca del lugar. Algunos habían salido del bar y otros se acercaron tras ver los vehículos de policía y la muchedumbre. A pesar de que los policías echaron a algunos de los clientes a empujones y golpes, algunos clientes liberados por la policía divirtieron a los espectadores con poses y haciendo el saludo militar de manera exagerada. Los aplausos de los observadores les animaban a seguir: "Las muñecas estaban flojas, los cabellos atusados y las reacciones a los aplausos eran clásicas".
El Inspector Pine recordó que cuando llegó el primer coche celular, la muchedumbre, formada mayoritariamente por homosexuales, había aumentado superando al menos diez veces el número de personas inicialmente arrestadas, y todos se callaron de repente. Debido a la confusión en las transmisiones de radio, el segundo coche celular se retrasó en llegar. Los policías empezaron a subir a los miembros de la mafia al primer coche y los espectadores vitorearon. Acto seguido, subieron a los empleados corrientes del bar al coche. Uno de los presentes gritó, "¡Poder gay!", alguien más empezó a cantar We shall overcome (venceremos), a lo que la muchedumbre reaccionó con regocijo y buen humor, mezclado con una "hostilidad creciente e intensa". Un agente empujó a una transexual y ésta contestó dando un golpe al agente en la cabeza con su bolso mientras los observadores empezaron a abuchear. El escritor Edmund White, que paseaba por el barrio, declaró: "Todos están inquietos, enfadados y decididos. Nadie tiene un eslogan, nadie tiene siquiera una intención, pero algo se está gestando". La muchedumbre empezó a arrojar monedas y después botellas de cerveza al coche celular, en respuesta al rumor de que los clientes que todavía estaban dentro del bar estaban siendo agredidos.
Se inició una riña cuando una mujer esposada fue escoltada desde la puerta del bar hasta un coche celular. Se zafó repetidamente y luchó contra cuatro policías, insultando y gritando, durante unos diez minutos. Descrita como una "típica marimacho neoyorquina", había sido golpeada en la cabeza con una cachiporra, tras quejarse de que sus esposas estaban demasiado apretadas, según un testigo. Los presentes recordaron que la mujer, cuya identidad no se conoce, animó a los observadores a luchar cuando miró a los presentes y dijo, "¿Por qué no hacen algo?". Cuando un agente la levantó y la subió al coche, la muchedumbre se convirtió en una turba y se armó el caos: "Fue en ese momento cuando el ambiente se hizo explosivo".
2.2 "El colmo"
La policía trató de contener a la muchedumbre y derribaron a algunos de los participantes, lo que encendió aún más a los presentes. Algunos de los arrestados se escaparon del furgón cuando la policía los dejó desatendidos (deliberadamente, según algunos testigos). Mientras la muchedumbre trataba de volcar la furgoneta, dos vehículos de policía y la propia furgoneta, que tenía los neumáticos pinchados, se fueron de inmediato y el Inspector Pine pidió a los agentes que volvieran lo antes posible. La conmoción atrajo a más personas que se acababan de enterar de lo que estaba pasando. Algunos participantes declararon que el bar estaba siendo acosado porque no habían pagado a los policías, por lo que alguien más gritó, "¡Paguémosles!". Las monedas volaron por el aire hacia los policías y los rebeldes gritaron "¡Cerdos!" y "¡Polizontes maricones!". Arrojaron latas de cerveza y los policías reaccionaron tratando de dispersar la muchedumbre. Los participantes encontraron un sitio en construcción cercano donde había pilas de ladrillos. Los policías, cuyo número era inferior al de los manifestantes, que rondaban entre 500 y 600, agarraron a varias personas, como el cantante de folk Dave Van Ronk, quien había llegado a la revuelta desde un bar vecino al Stonewall. Aunque Van Ronk no era gay, había experimentado la violencia policial cuando participó en las manifestaciones contra la guerra: "Según mi forma de pensar, cualquier persona que se opusiera a los policías estaba bien y por eso que me quedé... La policía cometía constantemente atrocidades de todo tipo". Diez agentes de policía, entre ellos dos mujeres, se atrincheraron junto a Van Ronk, Howard Smith (un periodista del The Village Voice) y varios detenidos esposados dentro del Stonewall Inn por su propia seguridad.
Varios relatos sobre los disturbios afirman que no había organización previa ni causa aparente para la manifestación y que lo que había ocurrido era totalmente espontáneo. Michael Fader explicó:
"Todos teníamos un sentimiento colectivo de que habíamos soportado lo suficiente de esta mierda. No era nada tangible que alguien le hubiera dicho a otro, era algo así como que todo lo que había ocurrido a través de los años se había acumulado en esa noche específica y en ese lugar específico, y no fue una manifestación organizada... Todos en la muchedumbre sentimos que nunca íbamos a volver. Era como el colmo. Era hora de reclamar algo que siempre se nos había arrebatado... Todo tipo de personas, todo tipo de motivos, pero más que nada era total indignación, enfado, pena, todo combinado y como que todo siguió su curso. Era la policía la que hacía la mayor parte de la destrucción. Nosotros realmente estábamos tratando de volver a entrar y escaparnos. Y sentimos que por fin teníamos libertad, o libertad para por lo menos demostrar que exigíamos libertad. Ya no íbamos a caminar sumisamente por las noches y dejar que se metieran con nosotros. Nos mantuvimos en nuestros trece por primera vez y eso fue lo que sorprendió a la policía. Había algo en el aire, libertad que hacía falta hacía mucho tiempo, e íbamos a luchar por ella. Se manifestó en dos formas diferentes, pero el resultado final era que no íbamos a ceder. Y no lo hicimos."
La única fotografía sacada la primera noche de los disturbios muestra a los jóvenes sin techo que dormían en el cercano Christopher Park, luchando con la policía. El boletín noticiero de la Mattachine Society ofreció su explicación de la causa de los disturbios un mes después: "Servía principalmente a un grupo de personas que no eran bienvenidas, o no podían costear la entrada, en otros lugares de reunión social homosexual... El Stonewall se convirtió en casa para estos chicos. Cuando fue atacada, lucharon por ello. Eso, y el hecho de que no tenían nada que perder salvo el lugar más tolerante y de mente más abierta de la ciudad, explican el porqué".
Fueron arrojados contra el edificio contenedores de basura, basura, botellas, piedras y ladrillos, por lo que se rompieron las ventanas. Los testigos afirman que las transexuales, los "maricas con pluma", chaperos y "chicos callejeros" gays, es decir, las personas más marginadas de la comunidad gay, fueron los responsables de la primera descarga de proyectiles y de arrancar un parquímetro que utilizaron como un ariete contra las puertas del Stonewall Inn. Sylvia Rivera, mujer transexual y posteriormente activista LGBT que había estado dentro del Stonewall durante la redada, vestida de mujer, recordó: "Nos habéis tratado como mierda todos estos años, ¿no? ¡Ahora nos toca a nosotros!... Fue uno de los momentos más grandes de mi vida". Los manifestantes prendieron fuego a la basura y la tiraron por las ventanas rotas mientras la policía usaba una manguera contra los incendiarios. Como la manguera no tenía presión no servía para dispersar a la muchedumbre y parecía solamente animarla.
Cuando los manifestantes atravesaron las ventanas (que habían sido cubiertas con contrachapado por los propietarios del bar para disuadir a la policía de asaltar el local) los policías que estaban en el interior sacaron sus pistolas. Las puertas fueron abiertas de par en par y los agentes apuntaron con sus armas a la masa furiosa, amenazando con disparar. El escritor de The Village Voice, Howard Smith, que se encontraba en el interior del bar con la policía, tomó una llave inglesa del bar y se la metió en los pantalones, sin saber si la usaría contra la policía o contra la masa. Vio cuando alguien echó un chorro de combustible dentro del bar y le prendió fuego mientras la policía apuntó, en ese momento se escucharon sirenas y llegaron los bomberos. El disturbio había durado 45 minutos
2.3 Escalada
La fuerza antidisturbios (Tactical Police Force, TPF) del departamento de policía de la ciudad de Nueva York llegó para liberar a los policías que se encontraban dentro del Stonewall. Un oficial tenía un corte en un ojo y otros cinco resultaron heridos por los escombros que volaban. Bob Kohler, que se encontraba paseando a su perro cerca de Stonewall esa noche, vio como llegaba la TPF: "Había estado en suficientes disturbios como para saber que la diversión había terminado... La policía estaba totalmente humillada. Eso nunca había sucedido. Estaban más enfadados que nunca, porque todo el mundo se había amotinado... se suponía que los maricas no se podían rebelar... en el pasado, ningún grupo había obligado a la policía a batirse en retirada, por lo que su furia era enorme. Quiero decir, querían matar...".Con más efectivos, la policía detuvo a los que pudo y metió a los detenidos en coches patrullas rumbo a la prisión, aunque el inspector Pine apunta que "se desataron luchas con los travestis, que no querían ir dentro del coche patrulla". Un testigo que estaba en la calle confirmó esa versión, diciendo que "todo lo que pude ver sobre quienes estaban luchando es que eran travestis y estaban luchando furiosamente".
Los antidisturbios se formaron en falange e intentaron despejar las calles marchando despacio y dispersando a la multitud. La turba se burló abiertamente de la policía. La multitud se animó, comenzó a improvisar líneas de cancán y a cantar la melodía del The Howdy Doody Show con la siguiente letra: "Nosotras somos las chicas de Stonewall / Nuestro pelo es rizado / No llevamos ropa interior / Mostramos nuestro vello púbico". Lucian Truscott informó en The Village Voice: "La situación estancada provocó que algunos gays bromearan, haciendo una formación en forma de coro frente a la línea policial, que iba pertrechada de cascos y porras. Cuando la fila estaba en pleno baile, la TPF avanzó de nuevo y dispersó la masa de personas, llena de poderosos gays que no cesaban de gritar desde Christopher hasta la Séptima Avenida". Un participante que había estado en el Stonewall durante la redada recuerda que "la policía se abalanzó hacia nosotros y en ese momento me di cuenta de que eso no era bueno, porque me dieron en la espalda con una porra". Otro relato decía: "Es que no puedo quitarme esa visión de la cabeza. Los policías con porras y la fila del coro en el otro lado. Fue de lo más increíble... Y de pronto esa fila del coro, que supongo era una parodia del machismo... Creo que fue en ese momento cuando sentí ira. Porque la gente estaba siendo golpeada con porras. ¿Y por qué? Por una fila de un coro".
Craig Rodwell, propietario de la librería Oscar Wilde Memorial (ubicada en la misma manzana del Stonewall Inn, un poco más abajo de la calle) informó haber observado a policías perseguir a manifestantes por las estrechas calles, para luego verlos aparecer por la siguiente esquina detrás de la policía. Los miembros de la masa detenían coches, volcando uno para bloquear la calle Christopher. Jack Nichols y Lige Clarke, en su columna publicada en Screw, declararon que "hordas de manifestantes furiosos los persiguieron [a la policía] por varias manzanas, gritando '¡Cogedlos!'".
Sobre las 4:00 de la madrugada, las calles se habían vaciado casi por completo. Muchas personas se sentaban en escalinatas o se concentraron cerca de Christopher Park a lo largo de la mañana, un poco aturdidos ante lo que había sucedido. Muchos testigos presenciales recuerdan el silencio surrealista e inquietante que descendió sobre Christopher Street, aunque "el ambiente [continuaba] electrizado".Uno comentó: «Había cierta belleza en los momentos posteriores a los disturbios... Era obvio, por lo menos para mí, que mucha gente era gay de verdad y, sabes, esta era nuestra calle». Habían sido detenidas trece personas. Algunos de los manifestantes fueron hospitalizados, y cuatro policías resultaron heridos. Casi todo lo que había en el interior del Stonewall Inn fue destruido. El inspector Pine tenía la intención de cerrar y desmantelar el Stonewall Inn esa misma noche. Cabinas de teléfono, aseos, espejos, jukeboxes y máquinas expendedoras de tabaco fueron destrozadas, posiblemente en los disturbios y posiblemente por la policía.
2.4 "Rebelión abierta"
Durante el sitio a Stonewall, Craig Rodwell llamó al The New York Times, al The New York Post y al The New York Daily News para informarles de lo que sucedía. Los tres periódicos cubrieron los disturbios; The New York Daily News incluso puso la noticia en su primera página. Las noticias sobre los disturbios se extendieron rápidamente por todo Greenwich Village, alimentadas por los rumores de que habían sido organizados por los Students for a Democratic Society, los Black Panthers o incluso que fueron causados por "un policía homosexual cuyo compañero de piso se fue a bailar al Stonewall contra sus deseos". Durante todo el sábado 28 de junio la gente acudió a ver el Stonewall Inn, chamuscado y pintarrajeado. Aparecieron grafitis en las paredes del bar, tales como "Drag power" (poder drag), "They invaded our rights" (invadieron nuestros derechos), "Support gay power" (apoya el poder gay) y "Legalize gay bars" (legalicen los bares gays), junto con acusaciones de saqueo a los policías e informando sobre el estado del bar: "Estamos abiertos".
La noche siguiente los disturbios volvieron a la calle Christopher. Los participantes recordarían de distinta manera qué noche fue la más violenta o frenética. Regresaron muchos que habían participado la noche anterior (transexuales, chaperos, jóvenes de las calles, "reinas"), pero se les unieron provocadores policiales, curiosos e incluso turistas. Lo más destacable para muchos fue la repentina exhibición de afecto homosexual en público, tal como describe un testigo: "De ir a lugares en los que había que llamar a una puerta y hablar con una persona a través de una mirilla para poder entrar. Sencillamente estábamos fuera. Estábamos en las calles".
Miles de personas se reunieron enfrente del Stonewall, que había abierto de nuevo, atascando la calle Christopher, hasta que la marea de gente comenzó a ocupar también las calles adyacentes. La masa rodeó autobuses y coches, molestando a sus ocupantes hasta que admitieran que eran gays o indicaran su apoyo a los manifestantes. Sylvia Rivera vio a una amiga suya saltar encima de un coche cercano que intentaba atravesar la zona, la marea de gente movió el coche de un lado para otro, aterrorizando a sus ocupantes. Otra de las amigas de Rivera, Marsha P. Johnson, trepó a una farola y soltó una pesada bolsa en el capó de un coche de policía, rompiendo el parabrisas. Como en la tarde anterior, se quemaron contenedores de basura por todo el barrio. Más de cien policías acudieron de las comisarías 5, 6 y 9, y sobre las dos de la madrugada se presentó la policía antidisturbios. Se sucedieron las persecuciones policiales y, cuando los policías capturaban a los manifestantes, descritos por la mayoría de testigos como "maricas" o "falderos", la masa se lanzaba para soltarlos. Hubo una batalla callejera hasta las 4 de la madrugada.
El poeta beat y residente en Greenwich Village Allen Ginsberg, que vivía en la calle Christopher, se encontró con el jubiloso caos. Tras averiguar que los disturbios habían tenido lugar la tarde anterior, dijo, "¡Poder gay! ¡No es fantástico! Ya era hora de que hiciéramos algo para reafirmarnos a nosotros mismos", y visitó el Stonewall Inn (ya abierto) por primera vez. Mientras regresaba a casa, dijo a Lucian Truscott, "Sabes, los chicos allí estaban tan guapos, habían perdido esa mirada herida que todos los maricas tenían hace diez años".
2.5 "Situación intolerable"
Durante el sitio a Stonewall, Craig Rodwell llamó al The New York Times, al The New York Post y al The New York Daily News para informarles de lo que sucedía. Los tres periódicos cubrieron los disturbios; The New York Daily News incluso puso la noticia en su primera página. Las noticias sobre los disturbios se extendieron rápidamente por todo Greenwich Village, alimentadas por los rumores de que habían sido organizados por los Students for a Democratic Society, los Black Panthers o incluso que fueron causados por "un policía homosexual cuyo compañero de piso se fue a bailar al Stonewall contra sus deseos". Durante todo el sábado 28 de junio la gente acudió a ver el Stonewall Inn, chamuscado y pintarrajeado. Aparecieron grafitis en las paredes del bar, tales como "Drag power" (poder drag), "They invaded our rights" (invadieron nuestros derechos), "Support gay power" (apoya el poder gay) y "Legalize gay bars" (legalicen los bares gays), junto con acusaciones de saqueo a los policías e informando sobre el estado del bar: "Estamos abiertos".
La noche siguiente los disturbios volvieron a la calle Christopher. Los participantes recordarían de distinta manera qué noche fue la más violenta o frenética. Regresaron muchos que habían participado la noche anterior (transexuales, chaperos, jóvenes de las calles, "reinas"), pero se les unieron provocadores policiales, curiosos e incluso turistas. Lo más destacable para muchos fue la repentina exhibición de afecto homosexual en público, tal como describe un testigo: "De ir a lugares en los que había que llamar a una puerta y hablar con una persona a través de una mirilla para poder entrar. Sencillamente estábamos fuera. Estábamos en las calles".
Miles de personas se reunieron enfrente del Stonewall, que había abierto de nuevo, atascando la calle Christopher, hasta que la marea de gente comenzó a ocupar también las calles adyacentes. La masa rodeó autobuses y coches, molestando a sus ocupantes hasta que admitieran que eran gays o indicaran su apoyo a los manifestantes. Sylvia Rivera vio a una amiga suya saltar encima de un coche cercano que intentaba atravesar la zona, la marea de gente movió el coche de un lado para otro, aterrorizando a sus ocupantes. Otra de las amigas de Rivera, Marsha P. Johnson, trepó a una farola y soltó una pesada bolsa en el capó de un coche de policía, rompiendo el parabrisas. Como en la tarde anterior, se quemaron contenedores de basura por todo el barrio. Más de cien policías acudieron de las comisarías 5, 6 y 9, y sobre las dos de la madrugada se presentó la policía antidisturbios. Se sucedieron las persecuciones policiales y, cuando los policías capturaban a los manifestantes, descritos por la mayoría de testigos como "maricas" o "falderos", la masa se lanzaba para soltarlos. Hubo una batalla callejera hasta las 4 de la madrugada.
El poeta beat y residente en Greenwich Village Allen Ginsberg, que vivía en la calle Christopher, se encontró con el jubiloso caos. Tras averiguar que los disturbios habían tenido lugar la tarde anterior, dijo, "¡Poder gay! ¡No es fantástico! Ya era hora de que hiciéramos algo para reafirmarnos a nosotros mismos", y visitó el Stonewall Inn (ya abierto) por primera vez. Mientras regresaba a casa, dijo a Lucian Truscott, "Sabes, los chicos allí estaban tan guapos, habían perdido esa mirada herida que todos los maricas tenían hace diez años".
3. Repercusiones
La sensación de urgencia se extendió por Greenwich Village, incluso entre aquellos que no habían presenciado los disturbios. Muchos de los que se habían sentido conmovidos por la rebelión asistieron a reuniones organizativas, al intuir una oportunidad para entrar en acción. El 4 de julio de 1969 la Mattachine Society realizó su piquete anual delante del Independence Hall de Filadelfia, llamado Recordatorio anual. Los organizadores, Craig Rodwell, Frank Kameny, Randy Wicker, Barbara Gittings y Kay Lahusen, que habían participado durante varios años, tomaron un autobús junto a otros manifestantes desde la ciudad de Nueva York hasta Filadelfia. Desde 1965 estas manifestaciones habían sido muy controladas: las mujeres llevaban falda y los hombres traje y corbata y todos caminaban tranquilamente en filas organizadas. Ese año Rodwell recordó que se sentía prisionero de las normas que había establecido Kameny. Cuando dos mujeres se cogieron de la mano espontáneamente y Kameny las separó, diciendo: "¡Nada de eso! ¡Nada de eso!". Rodwell convenció a diez parejas para que se cogieran de la mano. Estas parejas hicieron que Kameny se enfureciera, pero generaron más atención que todas las manifestaciones previas. La participante Lilli Vincenz recordaba que, "Estaba claro que las cosas estaban cambiando. Las personas que se habían sentido oprimidas ahora se sentían revitalizadas". Rodwell regresó a la ciudad de Nueva York resuelto a cambiar las formas tranquilas, calladas y tímidas de llamar la atención. Una de sus primeras prioridades fue planificar el Día de la liberación de Christopher Street.
3.1 Gay Liberation Front
Aunque la Mattachine Society había existido desde la década de 1950, muchos de sus procedimientos resultaban demasiado tímidos para las personas que habían sido testigos de los disturbios o que se habían sentido inspiradas por ellos. La Mattachine reconoció el cambio de actitudes en una historia de su boletín titulada, The Hairpin Drop Heard Around the World (La horquilla cuya caída se escuchó en todo el mundo). Cuando uno de los dirigentes de la Mattachine sugirió una «amistosa y dulce» manifestación de vigilia a la luz de las velas, un hombre entre el público se indignó y dijo, "¡Dulce! ¡Una mierda! Ese es el papel que la sociedad está obligando a desempeñar a estas reinas". El Gay Liberation Front (Frente de liberación gay, GLF) se creó poco después, con un panfleto que anunciaba: "¿Cree que los homosexuales están amotinados? ¡Puede apostar su lindo culo a que lo estamos!", siendo la primera organización gay que empleaba la palabra "gay" en su nombre. Organizaciones previas como la Mattachine Society, las Daughters of Bilitis y diversos grupos homófilos habían escondido sus objetivos, eligiendo intencionadamente nombres ambiguos.
El auge de la nueva militancia se volvió evidente para Frank Kameny y Barbara Gittings (que habían trabajado en organizaciones homófilas durante años y cuya actividad había sido muy pública), cuando asistieron a una reunión de la GLF para ver al nuevo grupo. Un joven miembro de la GLF exigió saber quiénes eran y cuáles eran sus credenciales. Gittings, sorprendida, tartamudeó, "Soy homosexual. Por eso estoy aquí". La GLF tomó prestadas técnicas de los manifestantes negros y contra la guerra del Vietnam, alineándose con ellos y con su ideal de que "podían trabajar para reestructurar la sociedad americana". Se sumaron a las acciones de los Black Panthers, fueron hasta la prisión de Nueva York en apoyo de Afeni Shakur y de otras causas de la Nueva Izquierda. Sin embargo a los cuatro meses de haberse creado, el grupo se disolvió cuando los miembros fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre los procedimientos operativos a seguir.
3.2. Gay Activists Alliance
Seis meses después de los disturbios de Stonewall, los activistas fundaron un periódico distribuido en la ciudad llamado Gay. Consideraron que era necesario porque la publicación más liberal de la ciudad, The Village Voice, se negaba a imprimir la palabra "gay" en los anuncios del GLF que buscaban nuevos miembros y voluntarios. Se fundaron otros dos periódicos en un periodo de seis semanas: Come Out! y Gay Power, el número de lectores de estos tres periódicos combinados llegó hasta los 20.000 y 25.000.
Los miembros del GLF organizaron varios bailes para parejas del mismo sexo. Cuando Bob Kohler pidió ropa y dinero para ayudar a los jóvenes sin techo que habían participado en los disturbios (muchos de los cuales habían dormido en Christopher Park o Sheridon Square a la intemperie), la reacción fue un debate sobre el declive del capitalismo. A finales de diciembre de 1969, varias personas que habían ido a reuniones del GLF y que las habían abandonado llenos de frustración, crearon la Gay Activists Alliance (Alianza de activistas gays, GAA). La GAA iba a concentrarse por completo en los asuntos gays, de manera ordenada. Su carta constitucional comenzaba diciendo: "Nosotros como activistas homosexuales liberados exigimos la libertad para expresar nuestra dignidad y valor como seres humanos". La GAA desarrolló y perfeccionó una táctica de confrontación denominada Zap, en la que tomaban por sorpresa a un político durante un acto de relaciones públicas y le obligaban a tratar el tema de los derechos de gays y lesbianas. Se zapeó a muchos concejales de la ciudad, incluyendo al alcalde John Lindsey en varias ocasiones (una de ellas en televisión en la que el público estaba compuesto en su mayoría por miembros de la GAA).
Las redadas en bares gays no se detuvieron tras los disturbios de Stonewall. En marzo de 1970, el inspector Seymour Pine realizó una redada en el Zodiac y en el 17 Barrow Street. Un bar after-hours gay sin licencia para licores o de aforo, llamado The Snake Pit, también sufrió una redada poco después, siendo detenidas 167 personas. Una de ellas, de nacionalidad argentina, se asustó tanto ante la posibilidad de ser deportado por homosexual, que intentó escapar del precinto policial saltando por una ventana desde un segundo piso, quedando su cuerpo atravesado por unas puntas de 36 cm que había en una valla. The New York Daily News publicó una foto muy gráfica del cuerpo atravesado del joven en su portada. Los miembros de la GAA organizaron una manifestación desde Christopher Park hasta la comisaría sexta en la que cientos de gays, lesbianas y simpatizantes liberales se enfrentaban pacíficamente a la TPF. También patrocinaron una campaña de cartas enviadas al alcalde Lindsay en las que el congresista demócrata del Greenwich Village, Ed Koch, rogaba que se terminaran las redadas en bares gays en la ciudad.
El Stonewall Inn sobrevivió unas pocas semanas después de los disturbios. En octubre de 1969 se ofreció en alquiler. Los residentes de Village supusieron que se había convertido en un lugar demasiado notable, además de que el boicot propuesto por Rodwell había hecho mella en el negocio.
3.3. Orgullo gay
El primer aniversario de los disturbios de Stonewall se celebró con el día de la liberación de Christopher Street el 28 de junio de 1970, haciendo una reunión en Christopher Street y la primera marcha del orgullo gay de la historia, que recorrió 51 manzanas hasta Central Park. La marcha necesitó menos de la mitad del tiempo previsto debido a las ganas de los participantes, pero también por la cautela a la hora de andar por la ciudad con signos y pancartas gays. Aunque el permiso para la marcha se envió sólo dos horas antes del inicio de la misma, los manifestantes encontraron escasa resistencia por parte de los espectadores. The New York Times informó (en su portada) que los manifestantes ocupaban toda la calle a lo largo de 15 manzanas. The Village Voice informó positivamente de la marcha, describiendo «la resistencia frontal que nació de la redada policial en el Stonewall Inn un año antes».
Hubo poca animosidad explícita, y algunos viandantes aplaudieron cuando una chica guapa y alta pasó llevando un cartel que ponía "Soy Lesbiana".
Cobertura del The New York Times del día de liberación gay, 1970.
Se realizaron marchas simultáneas en Los Ángeles y Chicago. El año siguiente se realizaron marchas del orgullo gay en Boston, Dallas, Milwaukee, Londres, París, Berlín Oeste y Estocolmo. En 1972 las ciudades participantes ya incluían a Atlanta, Buffalo, Detroit, Washington D.C., Miami y Filadelfia.
Frank Kameny se dio cuenta pronto del cambio fundamental causado por los disturbios de Stonewall. Al ser un organizador del activismo gay desde la década de 1950, estaba acostumbrado a la persuasión, a intentar convencer a los heterosexuales de que las personas homosexuales no eran diferentes a ellos. Cuando marchaba junto a otras personas delante de la Casa Blanca, el Departamento de Estado o el Independence Hall, tan sólo cinco años antes, su objetivo era que pareciera que podían trabajar para el gobierno de los Estados Unidos. Junto a Kameny marchaban diez personas entonces y no avisaron a la prensa de sus intenciones. Aunque se había asombrado por la agitación de los participantes en el Recordatorio Anual de 1969, más tarde dijo que, "Para cuando lo de Stonewall, teníamos de cincuenta a sesenta grupos gays en el país. Un año más tarde había por lo menos mil quinientos. Dos años después, en la medida en que se podían contar, eran unos dos mil quinientos".
Randy Wicker describió la vergüenza por su propia reacción al cambio de actitudes tras los disturbios, de manera parecida al arrepentimiento de Kameny, "como uno de los grandes errores de su vida". La imagen de gays tomándose la revancha contra la policía, tras tantos años de permitir tales comportamientos sin luchar, "desataron un espíritu inesperado entre los homosexuales". Kay Lahusen, que había fotografiado las marchas de 1965, dijo que "Hasta 1969, este movimiento se llamaba de manera general el movimiento homosexual u homófilo... Muchos activistas nuevos consideran la revuelta de Stonewall como el nacimiento del movimiento de liberación gay. Desde luego fue el nacimiento del orgullo gay a escala masiva".
Había pocos establecimientos que acogían a personas abiertamente homosexuales durante las décadas de 1950 y 1960. Los que sí lo hacían eran generalmente bares, aunque sus propietarios y administradores raramente eran gays. El Stonewall Inn, en aquella época, era propiedad de la mafia. Servía a gran variedad de clientes, pero era conocido por ser popular entre las personas más marginadas de la comunidad gay: transexuales, drag queens, jóvenes afeminados, prostitutos masculinos y jóvenes sin techo. Las redadas policiales en los bares gays eran algo rutinario durante la década de los 60, pero los agentes de policía perdieron repentinamente el control de la situación en el Stonewall Inn y atrajeron a una muchedumbre, provocando que se rebelasen. La tensión entre la policía de Nueva York y los residentes gays de Greenwich Village produjo más protestas la siguiente tarde, y sucesivamente varias noches después. En cuestión de semanas, los residentes del Village rápidamente se organizaron en grupos de activistas para concentrar esfuerzos en aras de establecer lugares para que gays y lesbianas pudieran manifestar abiertamente su orientación sexual sin miedo a ser arrestados.
Tras los disturbios de Stonewall, los gays y lesbianas de Nueva York hicieron frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada. A los seis meses se habían creado dos organizaciones de activistas gays en Nueva York, con objeto de realizar protestas de confrontación, y además se fundaron tres periódicos para promover los derechos para gays y lesbianas. En pocos años se fundaron organizaciones de derechos homosexuales a lo largo de todo Estados Unidos y a nivel internacional. El 28 de junio de 1970 tuvieron lugar las primeras marchas del Orgullo Gay en las ciudades de Nueva York y Los Ángeles, conmemorando el aniversario de los disturbios. Con el tiempo, otras ciudades fueron organizando marchas similares. Hoy día se celebran actos del Orgullo Gay anualmente por todo el mundo hacia finales de junio, para recordar los disturbios de Stonewall.
1.Contexto
1.1 La homosexualidad en la primera mitad de siglo
1.2 Activismo homófilo y disturbios anteriores
1.3 Greenwich Village
1.4 Stonewall Inn
2. Los disturbios
2.1 La redada
2.2 "El colmo"
2.3 Escalada
2.4 "Rebelión abierta"
2.5 "Situación intolerable"
3. Repercusiones
3.1 Gay Liberation Front
3.2 Gay Activists Alliance
3.3 Orgullo gay
1. Contexto
1.1 La homosexualidad en la primera mitad de siglo
Tras la agitación social producida por la Segunda Guerra Mundial, mucha gente en los Estados Unidos sintió un ferviente deseo de "restaurar el orden social anterior a la guerra y mantener a raya las fuerzas del cambio", según el historiador Barry Adam. Estimulado por el énfasis anticomunista nacional, el senador Joseph McCarthy organizó interrogatorios en su comisión senatorial para localizar a comunistas en el gobierno estadounidense, el ejército de EE. UU. y otras instituciones subvencionadas por el gobierno, dando lugar a una paranoia nacional. Los comunistas, anarquistas y otras personas catalogadas como anti-estadounidenses y subversivas eran consideradas un riesgo para la seguridad. Los homosexuales fueron incluidos en esa lista en 1950 por el Departamento de Estado de EE. UU., bajo la teoría de que estas personas eran frecuentemente susceptivas de chantaje. El secretario de Estado James E. Webb señaló en un informe que, "se cree generalmente que aquellos que realizan actos abiertamente perversos carecen de la estabilidad emocional de las personas normales". Entre 1947 y 1950, 1.700 solicitudes de trabajo federales fueron rechazadas, 4.380 personas fueron expulsadas del ejército y 420 fueron despedidas de sus trabajos en el gobierno por la sospecha de que fueran homosexuales.
Durante los 50 y 60, el FBI y los departamentos de policía realizaron listas de homosexuales conocidos, registrando sus establecimientos favoritos y sus amistades. Por otro lado, el Servicio Postal de los Estados Unidos mantenía un registro de los domicilios a los que se enviaba por correo material relacionado con la homosexualidad. Los gobiernos locales y estatales siguieron ese ejemplo: los bares que servían a homosexuales fueron cerrados, y sus clientes arrestados y públicamente expuestos en los periódicos. Las ciudades realizaban campañas para librar a los vecindarios, parques, bares y playas de los gays. Se prohibió el uso de la vestimenta del sexo contrario, y las universidades expulsaban a los profesores sospechosos de ser homosexuales. Miles de gays y lesbianas fueron públicamente humillados, acosados físicamente, despedidos, encarcelados o ingresados en hospitales psiquiátricos. Muchos vivían una doble vida, manteniendo sus vidas privadas en secreto y alejadas de sus vidas profesionales.
En 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría catalogó la homosexualidad en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual, DSM) como un trastorno sociopático de la personalidad. Un estudio detallado de la homosexualidad de 1962 justificaba la inclusión del trastorno como un miedo oculto al sexo opuesto, causado por relaciones padre-hijo traumáticas. Esta opinión tuvo una amplia influencia en la profesión médica de la época. Sin embargo, Evelyn Hooker realizó en 1956 un estudio que comparaba la felicidad y adaptación a su entorno de hombres que se identificaban a sí mismos como homosexuales, con hombres heterosexuales, y no encontró ninguna diferencia. Su estudio conmocionó a la comunidad médica y la convirtió en una heroína para muchos gays y lesbianas, pero la homosexualidad permaneció en el DSM hasta 1973.
1.2 Activismo homófilo y disturbios anteriores
En respuesta a la tendencia antihomosexual generalizada, se habían formado dos organizaciones independientes para defender la causa de los homosexuales y procurar oportunidades sociales para que gays y lesbianas pudieran mantener contactos sociales sin miedo a ser arrestados. En 1950 un hombre gay llamado Harry Hay y un grupo de seguidores, cansados del trato discriminatorio por su orientación sexual, fundaron la Sociedad Mattachine. Esta organización unió a gays que habían estado aislados en el ejército y los animó a luchar por sus derechos, proporcionando además asistencia legal, liderazgo e información. Al encontrar una gran oposición a su posición radical, en 1953 la sociedad decidió orientarse hacia la búsqueda de la respetabilidad y la aceptación. El razonamiento era que se podrían cambiar más mentalidades en lo relativo al tema de la homosexualidad demostrando que gays y lesbianas eran personas normales que no se diferenciaban de los heterosexuales. Poco tiempo después, varias mujeres de San Francisco se reunieron para formar el grupo Daughters of Bilitis (DOB) para lesbianas. Aunque las ocho mujeres que crearon DOB se juntaban inicialmente en los salones de sus casas para poder tener un lugar seguro donde poder bailar, al crecer DOB desarrollaron objetivos similares a los de la sociedad Mattachine, y animaron a sus miembros a implicarse en la sociedad.
Uno de los primeros desafíos contra la represión gubernamental llegó en 1953. Una organización llamada ONE publicó la revista ONE, Inc. y el Servicio Postal se negó a enviarla por correo. El número de la revista, enviado en un envoltorio de papel ordinario, trataba sobre los homosexuales en matrimonios heterosexuales. El Servicio Postal alegó que contenía material obsceno. El caso llegó al Tribunal Supremo, que en 1958 sentenció que el veto era ilegal y que One, Inc. podía distribuir su material a través del Servicio Postal de los Estados Unidos.
Las organizaciones homófilas, como eran conocidos los grupos gays, crecieron en número y se expandieron hasta la Costa Este. Gradualmente los miembros de estas organizaciones fueron volviéndose más atrevidos. Frank Kameny fundó la Mattachine de Washington, D.C. Había sido despedido del Servicio de Mapas del ejército de Estados Unidos por ser homosexual, e interpuso demandas para ser readmitido sin éxito. Kameny escribió que los homosexuales no eran diferentes de los heterosexuales, frecuentemente dirigiendo sus esfuerzos a los profesionales de la salud mental (algunos de los cuales asistieron a reuniones de DOB y Mattachine, diciendo a los asistentes que eran anormales). En 1965 Kameny, inspirado por el movimiento afroamericano de derechos civiles, organizó un piquete en la Casa Blanca y otros edificios gubernamentales para quejarse de la discriminación laboral que sufrían. Los piquetes causaron una fuerte impresión entre muchos homosexuales, aunque no gustaron a algunos de los líderes de Mattachine y DOB. Al mismo tiempo, las manifestaciones de los movimientos feministas y de derechos humanos y la oposición a la guerra de Vietnam fueron aumentando en prominencia, frecuencia y seriedad a lo largo de la década de 1960, a la par que los enfrentamientos con la policía.
En los márgenes de las escasas y pequeñas comunidades gays existían personas que desafiaban los estereotipos de género. Había hombres afeminados y mujeres masculinas, o varones que se vestían y vivían como mujeres y mujeres que se vestían como hombres, a tiempo completo o parcial. La nomenclatura actual los definiría como transexuales y travestis, siendo los representantes más visibles de las minorías sexuales. Echaban por tierra la afirmación cuidadosamente diseñada por DOB y la Mattachine de que los homosexuales eran personas normales y respetables. La Mattachine y DOB consideraban los juicios de los arrestados por llevar ropa del sexo opuesto como algo externo a las luchas de las organizaciones homófilas: similar, pero claramente separado. En este clima, algunos gays y personas transgénero efectuaron una pequeña revuelta en Los Ángeles en 1959 como respuesta al acoso policial. En 1966 varios transexuales, drag queens, chaperos y travestis se encontraban en la Cafetería Compton's de San Francisco, cuando llegó la policía para arrestar a los "hombres" vestidos de mujeres. Se formó un altercado entre los clientes habituales, que lanzaron a la policía vasos, tazas, platos, rompiendo el escaparate y la cristalera de la puerta del restaurante. Regresaron varios días más tarde para romper de nuevo las ventanas que habían sido reemplazadas. La catedrática Susan Stryker clasifica el disturbio de la Cafetería Compton's como un "acto de discriminación antitransgénero, más que un acto de discriminación por orientación sexual" y relaciona el levantamiento con otros asuntos de género, raza y clase que estaban siendo ignorados por las organizaciones homófilas. Este incidente supuso el inicio del activismo transgénero en San Francisco.
1.3 Greenwich Village
Los barrios neoyorquinos de Greenwich Village y Harlem se habían convertido en el lugar de residencia de una considerable parte de la población homosexual tras la Primera Guerra Mundial, cuando muchos hombres y mujeres que habían servido en el ejército aprovecharon la oportunidad de establecerse en las grandes ciudades. Los enclaves de gays y lesbianas, descritos en un periódico de la época como "mujeres de pelo corto y hombres de pelo largo", desarrollaron una subcultura específica en las dos décadas posteriores. La ley seca benefició sin proponérselo a los establecimientos gays, ya que el beber alcohol se convirtió en una conducta clandestina al igual que otras actividades consideradas inmorales. La ciudad de Nueva York había aprobado leyes contra la homosexualidad en negocios públicos y privados, pero al haber una alta demanda de alcohol, los speakeasies y bares improvisados eran tan numerosos y temporales que las autoridades eran incapaces de controlarlos todos.
La represión social de la década de 1950 provocó una revolución cultural en Greenwich Village. Surgió una cohorte de poetas, después denominada la generación beat, que escribieron sobre la anarquía, las drogas y los placeres hedonísticos. Entre ellos estaban Allen Ginsberg y William S. Burroughs, ambos residentes del Greenwich Village, que también escribieron sobre la homosexualidad. Sus escritos atrajeron a personas de mentalidad abierta y a homosexuales que buscaban una comunidad propia.
A inicios de la década de 1960 se encontraba en pleno apogeo una campaña para librar a la ciudad de Nueva York de bares gays, ordenada por el Alcalde Robert F. Wagner, Jr., que preparaba la Feria mundial de Nueva York de 1964 y que estaba preocupado por la imagen de la ciudad. La ciudad revocó las licencias para servir alcohol en los bares y policías encubiertos intentaban arrestar a la mayor cantidad posible de homosexuales, justificando las detenciones con delitos a los que ellos mismos incitaban. Para lograrlo, habitualmente, un agente encubierto entablaba una conversación con un hombre que había encontrado en un bar o un parque público. Si la conversación derivaba en la posibilidad de mantener relaciones sexuales o si aceptaba una bebida a la que le invitaba el agente, el hombre era arrestado por incitación a actividades prohibidas. Un artículo en el New York Post describió un arresto en el vestuario de un gimnasio en el que un agente se tocó la entrepierna y empezó a gritar; cuando un hombre le preguntó si estaba bien, fue arrestado. Pocos abogados defendían casos como estos, que consideraban indeseables e incluso algunos proporcionaban descuentos en sus honorarios a los agentes encubiertos.
La Sociedad Mattachine consiguió que el recién electo alcalde John Lindsay pusiera fin a la campaña de acoso policial en Nueva York. No tuvieron tanto éxito con la State Liquor Authority (Autoridad Estatal de Bebidas Alcohólicas). Aunque ninguna ley prohibía que se sirviera a homosexuales, las cortes permitían a la Autoridad que ejerciera de forma discrecional la aprobación y revocación de las licencias para establecimientos que fomentaran conductas "desordenadas". A pesar de que había una gran población gay y lésbica en el Greenwich Village, existían muy pocos lugares, a excepción de los bares, donde pudieran reunirse abiertamente sin ser acosados o arrestados. En 1966 la sección neoyorquina de la sociedad Mattachine organizó una reunión para beber en un bar de Greenwich Village frecuentado por hombres gays, para ilustrar la discriminación a que se enfrentaban los homosexuales.
Ninguno de los bares frecuentados por gays y lesbianas tenía propietarios gays. Casi todos eran propiedad de la mafia italiana, que maltrataba a sus clientes habituales, aguaba el alcohol y cobraba un precio excesivo por las bebidas. Sin embargo también sobornaba a la policía para prevenir las redadas frecuentes.
2. Los disturbios
2.1 La redada
A la 1:20 de la madrugada del sábado 28 de junio de 1969, irrumpieron cuatro policías vestidos de civil con dos oficiales de policía en uniforme de patrulla, el detective Charles Smythe y el subinspector Seymour Pine, entraron por la puerta principal y anunciaron su presencia a gritos. Antes habían entrado en el bar cuatro agentes de incógnito para inspeccionar, mientras el Escuadrón de Moral Pública esperaba afuera la señal. Una vez dentro, usaron el teléfono de pago del bar para avisar a refuerzos del sexto distrito. Apagaron la música y encendieron las luces principales. Había aproximadamente 200 personas en el bar esa noche. Los clientes que nunca habían experimentado una redada policial estaban desconcertados, pero algunos, reconociendo lo que estaba ocurriendo, corrieron hacia las puertas y las ventanas de los baños. La policía bloqueó las puertas y la confusión aumentó. Uno de los presentes, Michael Fader, recuerda el momento así: "Las cosas pasaron tan rápido que te quedabas sin saber nada. De repente había policías por todas partes y nos dijeron que formáramos fila y tuviéramos lista nuestra identificación para que nos llevaran afuera".
La redada no sucedió como se esperaba. El procedimiento de costumbre era poner en fila a los clientes, revisar su identificación y que policías mujeres llevaran a los clientes vestidos de mujer al baño para comprobar su sexo y arrestar a cualquier hombre que estuviera vestido de mujer. Los que iban con ropa de mujer se negaron a ir con las oficiales esa noche. Los demás hombres comenzaron a negarse a mostrar su identificación. Los agentes decidieron llevar a todos los presentes a la comisaría y separaron a las transexuales y travestis en un cuarto en la parte de atrás del bar. Maria Ritter, conocida por su familia como Steve, recuerda: "mi mayor miedo era ser arrestada. Mi segundo mayor miedo era que mi fotografía estuviera en un periódico o reportaje de televisión, ¡con el vestido de mi madre!". Tanto clientes como policías refirieron que la sensación de incomodidad creció rápidamente, agravada por unos policías que comenzaron a manosear de forma inapropiada a algunas de las lesbianas al cachearlas.
La policía había decidido transportar el alcohol del bar en los coches celulares. Se decomisaron veintiocho cajas de cerveza y diecinueve botellas de bebidas destiladas, pero los coches celulares todavía no habían llegado, por lo que los clientes tuvieron que esperar en fila durante unos 15 minutos. A los que no se arrestó, se les echó del bar, dejándoles en libertad, pero no despejaron el lugar rápidamente como era lo normal. La gente se quedó frente al bar y se formó una muchedumbre de personas que observaban el acontecimiento. A los pocos minutos entre 100 y 150 personas se habían congregado cerca del lugar. Algunos habían salido del bar y otros se acercaron tras ver los vehículos de policía y la muchedumbre. A pesar de que los policías echaron a algunos de los clientes a empujones y golpes, algunos clientes liberados por la policía divirtieron a los espectadores con poses y haciendo el saludo militar de manera exagerada. Los aplausos de los observadores les animaban a seguir: "Las muñecas estaban flojas, los cabellos atusados y las reacciones a los aplausos eran clásicas".
El Inspector Pine recordó que cuando llegó el primer coche celular, la muchedumbre, formada mayoritariamente por homosexuales, había aumentado superando al menos diez veces el número de personas inicialmente arrestadas, y todos se callaron de repente. Debido a la confusión en las transmisiones de radio, el segundo coche celular se retrasó en llegar. Los policías empezaron a subir a los miembros de la mafia al primer coche y los espectadores vitorearon. Acto seguido, subieron a los empleados corrientes del bar al coche. Uno de los presentes gritó, "¡Poder gay!", alguien más empezó a cantar We shall overcome (venceremos), a lo que la muchedumbre reaccionó con regocijo y buen humor, mezclado con una "hostilidad creciente e intensa". Un agente empujó a una transexual y ésta contestó dando un golpe al agente en la cabeza con su bolso mientras los observadores empezaron a abuchear. El escritor Edmund White, que paseaba por el barrio, declaró: "Todos están inquietos, enfadados y decididos. Nadie tiene un eslogan, nadie tiene siquiera una intención, pero algo se está gestando". La muchedumbre empezó a arrojar monedas y después botellas de cerveza al coche celular, en respuesta al rumor de que los clientes que todavía estaban dentro del bar estaban siendo agredidos.
Se inició una riña cuando una mujer esposada fue escoltada desde la puerta del bar hasta un coche celular. Se zafó repetidamente y luchó contra cuatro policías, insultando y gritando, durante unos diez minutos. Descrita como una "típica marimacho neoyorquina", había sido golpeada en la cabeza con una cachiporra, tras quejarse de que sus esposas estaban demasiado apretadas, según un testigo. Los presentes recordaron que la mujer, cuya identidad no se conoce, animó a los observadores a luchar cuando miró a los presentes y dijo, "¿Por qué no hacen algo?". Cuando un agente la levantó y la subió al coche, la muchedumbre se convirtió en una turba y se armó el caos: "Fue en ese momento cuando el ambiente se hizo explosivo".
2.2 "El colmo"
La policía trató de contener a la muchedumbre y derribaron a algunos de los participantes, lo que encendió aún más a los presentes. Algunos de los arrestados se escaparon del furgón cuando la policía los dejó desatendidos (deliberadamente, según algunos testigos). Mientras la muchedumbre trataba de volcar la furgoneta, dos vehículos de policía y la propia furgoneta, que tenía los neumáticos pinchados, se fueron de inmediato y el Inspector Pine pidió a los agentes que volvieran lo antes posible. La conmoción atrajo a más personas que se acababan de enterar de lo que estaba pasando. Algunos participantes declararon que el bar estaba siendo acosado porque no habían pagado a los policías, por lo que alguien más gritó, "¡Paguémosles!". Las monedas volaron por el aire hacia los policías y los rebeldes gritaron "¡Cerdos!" y "¡Polizontes maricones!". Arrojaron latas de cerveza y los policías reaccionaron tratando de dispersar la muchedumbre. Los participantes encontraron un sitio en construcción cercano donde había pilas de ladrillos. Los policías, cuyo número era inferior al de los manifestantes, que rondaban entre 500 y 600, agarraron a varias personas, como el cantante de folk Dave Van Ronk, quien había llegado a la revuelta desde un bar vecino al Stonewall. Aunque Van Ronk no era gay, había experimentado la violencia policial cuando participó en las manifestaciones contra la guerra: "Según mi forma de pensar, cualquier persona que se opusiera a los policías estaba bien y por eso que me quedé... La policía cometía constantemente atrocidades de todo tipo". Diez agentes de policía, entre ellos dos mujeres, se atrincheraron junto a Van Ronk, Howard Smith (un periodista del The Village Voice) y varios detenidos esposados dentro del Stonewall Inn por su propia seguridad.
Varios relatos sobre los disturbios afirman que no había organización previa ni causa aparente para la manifestación y que lo que había ocurrido era totalmente espontáneo. Michael Fader explicó:
"Todos teníamos un sentimiento colectivo de que habíamos soportado lo suficiente de esta mierda. No era nada tangible que alguien le hubiera dicho a otro, era algo así como que todo lo que había ocurrido a través de los años se había acumulado en esa noche específica y en ese lugar específico, y no fue una manifestación organizada... Todos en la muchedumbre sentimos que nunca íbamos a volver. Era como el colmo. Era hora de reclamar algo que siempre se nos había arrebatado... Todo tipo de personas, todo tipo de motivos, pero más que nada era total indignación, enfado, pena, todo combinado y como que todo siguió su curso. Era la policía la que hacía la mayor parte de la destrucción. Nosotros realmente estábamos tratando de volver a entrar y escaparnos. Y sentimos que por fin teníamos libertad, o libertad para por lo menos demostrar que exigíamos libertad. Ya no íbamos a caminar sumisamente por las noches y dejar que se metieran con nosotros. Nos mantuvimos en nuestros trece por primera vez y eso fue lo que sorprendió a la policía. Había algo en el aire, libertad que hacía falta hacía mucho tiempo, e íbamos a luchar por ella. Se manifestó en dos formas diferentes, pero el resultado final era que no íbamos a ceder. Y no lo hicimos."
La única fotografía sacada la primera noche de los disturbios muestra a los jóvenes sin techo que dormían en el cercano Christopher Park, luchando con la policía. El boletín noticiero de la Mattachine Society ofreció su explicación de la causa de los disturbios un mes después: "Servía principalmente a un grupo de personas que no eran bienvenidas, o no podían costear la entrada, en otros lugares de reunión social homosexual... El Stonewall se convirtió en casa para estos chicos. Cuando fue atacada, lucharon por ello. Eso, y el hecho de que no tenían nada que perder salvo el lugar más tolerante y de mente más abierta de la ciudad, explican el porqué".
Fueron arrojados contra el edificio contenedores de basura, basura, botellas, piedras y ladrillos, por lo que se rompieron las ventanas. Los testigos afirman que las transexuales, los "maricas con pluma", chaperos y "chicos callejeros" gays, es decir, las personas más marginadas de la comunidad gay, fueron los responsables de la primera descarga de proyectiles y de arrancar un parquímetro que utilizaron como un ariete contra las puertas del Stonewall Inn. Sylvia Rivera, mujer transexual y posteriormente activista LGBT que había estado dentro del Stonewall durante la redada, vestida de mujer, recordó: "Nos habéis tratado como mierda todos estos años, ¿no? ¡Ahora nos toca a nosotros!... Fue uno de los momentos más grandes de mi vida". Los manifestantes prendieron fuego a la basura y la tiraron por las ventanas rotas mientras la policía usaba una manguera contra los incendiarios. Como la manguera no tenía presión no servía para dispersar a la muchedumbre y parecía solamente animarla.
Cuando los manifestantes atravesaron las ventanas (que habían sido cubiertas con contrachapado por los propietarios del bar para disuadir a la policía de asaltar el local) los policías que estaban en el interior sacaron sus pistolas. Las puertas fueron abiertas de par en par y los agentes apuntaron con sus armas a la masa furiosa, amenazando con disparar. El escritor de The Village Voice, Howard Smith, que se encontraba en el interior del bar con la policía, tomó una llave inglesa del bar y se la metió en los pantalones, sin saber si la usaría contra la policía o contra la masa. Vio cuando alguien echó un chorro de combustible dentro del bar y le prendió fuego mientras la policía apuntó, en ese momento se escucharon sirenas y llegaron los bomberos. El disturbio había durado 45 minutos
2.3 Escalada
La fuerza antidisturbios (Tactical Police Force, TPF) del departamento de policía de la ciudad de Nueva York llegó para liberar a los policías que se encontraban dentro del Stonewall. Un oficial tenía un corte en un ojo y otros cinco resultaron heridos por los escombros que volaban. Bob Kohler, que se encontraba paseando a su perro cerca de Stonewall esa noche, vio como llegaba la TPF: "Había estado en suficientes disturbios como para saber que la diversión había terminado... La policía estaba totalmente humillada. Eso nunca había sucedido. Estaban más enfadados que nunca, porque todo el mundo se había amotinado... se suponía que los maricas no se podían rebelar... en el pasado, ningún grupo había obligado a la policía a batirse en retirada, por lo que su furia era enorme. Quiero decir, querían matar...".Con más efectivos, la policía detuvo a los que pudo y metió a los detenidos en coches patrullas rumbo a la prisión, aunque el inspector Pine apunta que "se desataron luchas con los travestis, que no querían ir dentro del coche patrulla". Un testigo que estaba en la calle confirmó esa versión, diciendo que "todo lo que pude ver sobre quienes estaban luchando es que eran travestis y estaban luchando furiosamente".
Los antidisturbios se formaron en falange e intentaron despejar las calles marchando despacio y dispersando a la multitud. La turba se burló abiertamente de la policía. La multitud se animó, comenzó a improvisar líneas de cancán y a cantar la melodía del The Howdy Doody Show con la siguiente letra: "Nosotras somos las chicas de Stonewall / Nuestro pelo es rizado / No llevamos ropa interior / Mostramos nuestro vello púbico". Lucian Truscott informó en The Village Voice: "La situación estancada provocó que algunos gays bromearan, haciendo una formación en forma de coro frente a la línea policial, que iba pertrechada de cascos y porras. Cuando la fila estaba en pleno baile, la TPF avanzó de nuevo y dispersó la masa de personas, llena de poderosos gays que no cesaban de gritar desde Christopher hasta la Séptima Avenida". Un participante que había estado en el Stonewall durante la redada recuerda que "la policía se abalanzó hacia nosotros y en ese momento me di cuenta de que eso no era bueno, porque me dieron en la espalda con una porra". Otro relato decía: "Es que no puedo quitarme esa visión de la cabeza. Los policías con porras y la fila del coro en el otro lado. Fue de lo más increíble... Y de pronto esa fila del coro, que supongo era una parodia del machismo... Creo que fue en ese momento cuando sentí ira. Porque la gente estaba siendo golpeada con porras. ¿Y por qué? Por una fila de un coro".
Craig Rodwell, propietario de la librería Oscar Wilde Memorial (ubicada en la misma manzana del Stonewall Inn, un poco más abajo de la calle) informó haber observado a policías perseguir a manifestantes por las estrechas calles, para luego verlos aparecer por la siguiente esquina detrás de la policía. Los miembros de la masa detenían coches, volcando uno para bloquear la calle Christopher. Jack Nichols y Lige Clarke, en su columna publicada en Screw, declararon que "hordas de manifestantes furiosos los persiguieron [a la policía] por varias manzanas, gritando '¡Cogedlos!'".
Sobre las 4:00 de la madrugada, las calles se habían vaciado casi por completo. Muchas personas se sentaban en escalinatas o se concentraron cerca de Christopher Park a lo largo de la mañana, un poco aturdidos ante lo que había sucedido. Muchos testigos presenciales recuerdan el silencio surrealista e inquietante que descendió sobre Christopher Street, aunque "el ambiente [continuaba] electrizado".Uno comentó: «Había cierta belleza en los momentos posteriores a los disturbios... Era obvio, por lo menos para mí, que mucha gente era gay de verdad y, sabes, esta era nuestra calle». Habían sido detenidas trece personas. Algunos de los manifestantes fueron hospitalizados, y cuatro policías resultaron heridos. Casi todo lo que había en el interior del Stonewall Inn fue destruido. El inspector Pine tenía la intención de cerrar y desmantelar el Stonewall Inn esa misma noche. Cabinas de teléfono, aseos, espejos, jukeboxes y máquinas expendedoras de tabaco fueron destrozadas, posiblemente en los disturbios y posiblemente por la policía.
2.4 "Rebelión abierta"
Durante el sitio a Stonewall, Craig Rodwell llamó al The New York Times, al The New York Post y al The New York Daily News para informarles de lo que sucedía. Los tres periódicos cubrieron los disturbios; The New York Daily News incluso puso la noticia en su primera página. Las noticias sobre los disturbios se extendieron rápidamente por todo Greenwich Village, alimentadas por los rumores de que habían sido organizados por los Students for a Democratic Society, los Black Panthers o incluso que fueron causados por "un policía homosexual cuyo compañero de piso se fue a bailar al Stonewall contra sus deseos". Durante todo el sábado 28 de junio la gente acudió a ver el Stonewall Inn, chamuscado y pintarrajeado. Aparecieron grafitis en las paredes del bar, tales como "Drag power" (poder drag), "They invaded our rights" (invadieron nuestros derechos), "Support gay power" (apoya el poder gay) y "Legalize gay bars" (legalicen los bares gays), junto con acusaciones de saqueo a los policías e informando sobre el estado del bar: "Estamos abiertos".
La noche siguiente los disturbios volvieron a la calle Christopher. Los participantes recordarían de distinta manera qué noche fue la más violenta o frenética. Regresaron muchos que habían participado la noche anterior (transexuales, chaperos, jóvenes de las calles, "reinas"), pero se les unieron provocadores policiales, curiosos e incluso turistas. Lo más destacable para muchos fue la repentina exhibición de afecto homosexual en público, tal como describe un testigo: "De ir a lugares en los que había que llamar a una puerta y hablar con una persona a través de una mirilla para poder entrar. Sencillamente estábamos fuera. Estábamos en las calles".
Miles de personas se reunieron enfrente del Stonewall, que había abierto de nuevo, atascando la calle Christopher, hasta que la marea de gente comenzó a ocupar también las calles adyacentes. La masa rodeó autobuses y coches, molestando a sus ocupantes hasta que admitieran que eran gays o indicaran su apoyo a los manifestantes. Sylvia Rivera vio a una amiga suya saltar encima de un coche cercano que intentaba atravesar la zona, la marea de gente movió el coche de un lado para otro, aterrorizando a sus ocupantes. Otra de las amigas de Rivera, Marsha P. Johnson, trepó a una farola y soltó una pesada bolsa en el capó de un coche de policía, rompiendo el parabrisas. Como en la tarde anterior, se quemaron contenedores de basura por todo el barrio. Más de cien policías acudieron de las comisarías 5, 6 y 9, y sobre las dos de la madrugada se presentó la policía antidisturbios. Se sucedieron las persecuciones policiales y, cuando los policías capturaban a los manifestantes, descritos por la mayoría de testigos como "maricas" o "falderos", la masa se lanzaba para soltarlos. Hubo una batalla callejera hasta las 4 de la madrugada.
El poeta beat y residente en Greenwich Village Allen Ginsberg, que vivía en la calle Christopher, se encontró con el jubiloso caos. Tras averiguar que los disturbios habían tenido lugar la tarde anterior, dijo, "¡Poder gay! ¡No es fantástico! Ya era hora de que hiciéramos algo para reafirmarnos a nosotros mismos", y visitó el Stonewall Inn (ya abierto) por primera vez. Mientras regresaba a casa, dijo a Lucian Truscott, "Sabes, los chicos allí estaban tan guapos, habían perdido esa mirada herida que todos los maricas tenían hace diez años".
2.5 "Situación intolerable"
Durante el sitio a Stonewall, Craig Rodwell llamó al The New York Times, al The New York Post y al The New York Daily News para informarles de lo que sucedía. Los tres periódicos cubrieron los disturbios; The New York Daily News incluso puso la noticia en su primera página. Las noticias sobre los disturbios se extendieron rápidamente por todo Greenwich Village, alimentadas por los rumores de que habían sido organizados por los Students for a Democratic Society, los Black Panthers o incluso que fueron causados por "un policía homosexual cuyo compañero de piso se fue a bailar al Stonewall contra sus deseos". Durante todo el sábado 28 de junio la gente acudió a ver el Stonewall Inn, chamuscado y pintarrajeado. Aparecieron grafitis en las paredes del bar, tales como "Drag power" (poder drag), "They invaded our rights" (invadieron nuestros derechos), "Support gay power" (apoya el poder gay) y "Legalize gay bars" (legalicen los bares gays), junto con acusaciones de saqueo a los policías e informando sobre el estado del bar: "Estamos abiertos".
La noche siguiente los disturbios volvieron a la calle Christopher. Los participantes recordarían de distinta manera qué noche fue la más violenta o frenética. Regresaron muchos que habían participado la noche anterior (transexuales, chaperos, jóvenes de las calles, "reinas"), pero se les unieron provocadores policiales, curiosos e incluso turistas. Lo más destacable para muchos fue la repentina exhibición de afecto homosexual en público, tal como describe un testigo: "De ir a lugares en los que había que llamar a una puerta y hablar con una persona a través de una mirilla para poder entrar. Sencillamente estábamos fuera. Estábamos en las calles".
Miles de personas se reunieron enfrente del Stonewall, que había abierto de nuevo, atascando la calle Christopher, hasta que la marea de gente comenzó a ocupar también las calles adyacentes. La masa rodeó autobuses y coches, molestando a sus ocupantes hasta que admitieran que eran gays o indicaran su apoyo a los manifestantes. Sylvia Rivera vio a una amiga suya saltar encima de un coche cercano que intentaba atravesar la zona, la marea de gente movió el coche de un lado para otro, aterrorizando a sus ocupantes. Otra de las amigas de Rivera, Marsha P. Johnson, trepó a una farola y soltó una pesada bolsa en el capó de un coche de policía, rompiendo el parabrisas. Como en la tarde anterior, se quemaron contenedores de basura por todo el barrio. Más de cien policías acudieron de las comisarías 5, 6 y 9, y sobre las dos de la madrugada se presentó la policía antidisturbios. Se sucedieron las persecuciones policiales y, cuando los policías capturaban a los manifestantes, descritos por la mayoría de testigos como "maricas" o "falderos", la masa se lanzaba para soltarlos. Hubo una batalla callejera hasta las 4 de la madrugada.
El poeta beat y residente en Greenwich Village Allen Ginsberg, que vivía en la calle Christopher, se encontró con el jubiloso caos. Tras averiguar que los disturbios habían tenido lugar la tarde anterior, dijo, "¡Poder gay! ¡No es fantástico! Ya era hora de que hiciéramos algo para reafirmarnos a nosotros mismos", y visitó el Stonewall Inn (ya abierto) por primera vez. Mientras regresaba a casa, dijo a Lucian Truscott, "Sabes, los chicos allí estaban tan guapos, habían perdido esa mirada herida que todos los maricas tenían hace diez años".
3. Repercusiones
La sensación de urgencia se extendió por Greenwich Village, incluso entre aquellos que no habían presenciado los disturbios. Muchos de los que se habían sentido conmovidos por la rebelión asistieron a reuniones organizativas, al intuir una oportunidad para entrar en acción. El 4 de julio de 1969 la Mattachine Society realizó su piquete anual delante del Independence Hall de Filadelfia, llamado Recordatorio anual. Los organizadores, Craig Rodwell, Frank Kameny, Randy Wicker, Barbara Gittings y Kay Lahusen, que habían participado durante varios años, tomaron un autobús junto a otros manifestantes desde la ciudad de Nueva York hasta Filadelfia. Desde 1965 estas manifestaciones habían sido muy controladas: las mujeres llevaban falda y los hombres traje y corbata y todos caminaban tranquilamente en filas organizadas. Ese año Rodwell recordó que se sentía prisionero de las normas que había establecido Kameny. Cuando dos mujeres se cogieron de la mano espontáneamente y Kameny las separó, diciendo: "¡Nada de eso! ¡Nada de eso!". Rodwell convenció a diez parejas para que se cogieran de la mano. Estas parejas hicieron que Kameny se enfureciera, pero generaron más atención que todas las manifestaciones previas. La participante Lilli Vincenz recordaba que, "Estaba claro que las cosas estaban cambiando. Las personas que se habían sentido oprimidas ahora se sentían revitalizadas". Rodwell regresó a la ciudad de Nueva York resuelto a cambiar las formas tranquilas, calladas y tímidas de llamar la atención. Una de sus primeras prioridades fue planificar el Día de la liberación de Christopher Street.
3.1 Gay Liberation Front
Aunque la Mattachine Society había existido desde la década de 1950, muchos de sus procedimientos resultaban demasiado tímidos para las personas que habían sido testigos de los disturbios o que se habían sentido inspiradas por ellos. La Mattachine reconoció el cambio de actitudes en una historia de su boletín titulada, The Hairpin Drop Heard Around the World (La horquilla cuya caída se escuchó en todo el mundo). Cuando uno de los dirigentes de la Mattachine sugirió una «amistosa y dulce» manifestación de vigilia a la luz de las velas, un hombre entre el público se indignó y dijo, "¡Dulce! ¡Una mierda! Ese es el papel que la sociedad está obligando a desempeñar a estas reinas". El Gay Liberation Front (Frente de liberación gay, GLF) se creó poco después, con un panfleto que anunciaba: "¿Cree que los homosexuales están amotinados? ¡Puede apostar su lindo culo a que lo estamos!", siendo la primera organización gay que empleaba la palabra "gay" en su nombre. Organizaciones previas como la Mattachine Society, las Daughters of Bilitis y diversos grupos homófilos habían escondido sus objetivos, eligiendo intencionadamente nombres ambiguos.
El auge de la nueva militancia se volvió evidente para Frank Kameny y Barbara Gittings (que habían trabajado en organizaciones homófilas durante años y cuya actividad había sido muy pública), cuando asistieron a una reunión de la GLF para ver al nuevo grupo. Un joven miembro de la GLF exigió saber quiénes eran y cuáles eran sus credenciales. Gittings, sorprendida, tartamudeó, "Soy homosexual. Por eso estoy aquí". La GLF tomó prestadas técnicas de los manifestantes negros y contra la guerra del Vietnam, alineándose con ellos y con su ideal de que "podían trabajar para reestructurar la sociedad americana". Se sumaron a las acciones de los Black Panthers, fueron hasta la prisión de Nueva York en apoyo de Afeni Shakur y de otras causas de la Nueva Izquierda. Sin embargo a los cuatro meses de haberse creado, el grupo se disolvió cuando los miembros fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre los procedimientos operativos a seguir.
3.2. Gay Activists Alliance
Seis meses después de los disturbios de Stonewall, los activistas fundaron un periódico distribuido en la ciudad llamado Gay. Consideraron que era necesario porque la publicación más liberal de la ciudad, The Village Voice, se negaba a imprimir la palabra "gay" en los anuncios del GLF que buscaban nuevos miembros y voluntarios. Se fundaron otros dos periódicos en un periodo de seis semanas: Come Out! y Gay Power, el número de lectores de estos tres periódicos combinados llegó hasta los 20.000 y 25.000.
Los miembros del GLF organizaron varios bailes para parejas del mismo sexo. Cuando Bob Kohler pidió ropa y dinero para ayudar a los jóvenes sin techo que habían participado en los disturbios (muchos de los cuales habían dormido en Christopher Park o Sheridon Square a la intemperie), la reacción fue un debate sobre el declive del capitalismo. A finales de diciembre de 1969, varias personas que habían ido a reuniones del GLF y que las habían abandonado llenos de frustración, crearon la Gay Activists Alliance (Alianza de activistas gays, GAA). La GAA iba a concentrarse por completo en los asuntos gays, de manera ordenada. Su carta constitucional comenzaba diciendo: "Nosotros como activistas homosexuales liberados exigimos la libertad para expresar nuestra dignidad y valor como seres humanos". La GAA desarrolló y perfeccionó una táctica de confrontación denominada Zap, en la que tomaban por sorpresa a un político durante un acto de relaciones públicas y le obligaban a tratar el tema de los derechos de gays y lesbianas. Se zapeó a muchos concejales de la ciudad, incluyendo al alcalde John Lindsey en varias ocasiones (una de ellas en televisión en la que el público estaba compuesto en su mayoría por miembros de la GAA).
Las redadas en bares gays no se detuvieron tras los disturbios de Stonewall. En marzo de 1970, el inspector Seymour Pine realizó una redada en el Zodiac y en el 17 Barrow Street. Un bar after-hours gay sin licencia para licores o de aforo, llamado The Snake Pit, también sufrió una redada poco después, siendo detenidas 167 personas. Una de ellas, de nacionalidad argentina, se asustó tanto ante la posibilidad de ser deportado por homosexual, que intentó escapar del precinto policial saltando por una ventana desde un segundo piso, quedando su cuerpo atravesado por unas puntas de 36 cm que había en una valla. The New York Daily News publicó una foto muy gráfica del cuerpo atravesado del joven en su portada. Los miembros de la GAA organizaron una manifestación desde Christopher Park hasta la comisaría sexta en la que cientos de gays, lesbianas y simpatizantes liberales se enfrentaban pacíficamente a la TPF. También patrocinaron una campaña de cartas enviadas al alcalde Lindsay en las que el congresista demócrata del Greenwich Village, Ed Koch, rogaba que se terminaran las redadas en bares gays en la ciudad.
El Stonewall Inn sobrevivió unas pocas semanas después de los disturbios. En octubre de 1969 se ofreció en alquiler. Los residentes de Village supusieron que se había convertido en un lugar demasiado notable, además de que el boicot propuesto por Rodwell había hecho mella en el negocio.
3.3. Orgullo gay
El primer aniversario de los disturbios de Stonewall se celebró con el día de la liberación de Christopher Street el 28 de junio de 1970, haciendo una reunión en Christopher Street y la primera marcha del orgullo gay de la historia, que recorrió 51 manzanas hasta Central Park. La marcha necesitó menos de la mitad del tiempo previsto debido a las ganas de los participantes, pero también por la cautela a la hora de andar por la ciudad con signos y pancartas gays. Aunque el permiso para la marcha se envió sólo dos horas antes del inicio de la misma, los manifestantes encontraron escasa resistencia por parte de los espectadores. The New York Times informó (en su portada) que los manifestantes ocupaban toda la calle a lo largo de 15 manzanas. The Village Voice informó positivamente de la marcha, describiendo «la resistencia frontal que nació de la redada policial en el Stonewall Inn un año antes».
Hubo poca animosidad explícita, y algunos viandantes aplaudieron cuando una chica guapa y alta pasó llevando un cartel que ponía "Soy Lesbiana".
Cobertura del The New York Times del día de liberación gay, 1970.
Se realizaron marchas simultáneas en Los Ángeles y Chicago. El año siguiente se realizaron marchas del orgullo gay en Boston, Dallas, Milwaukee, Londres, París, Berlín Oeste y Estocolmo. En 1972 las ciudades participantes ya incluían a Atlanta, Buffalo, Detroit, Washington D.C., Miami y Filadelfia.
Frank Kameny se dio cuenta pronto del cambio fundamental causado por los disturbios de Stonewall. Al ser un organizador del activismo gay desde la década de 1950, estaba acostumbrado a la persuasión, a intentar convencer a los heterosexuales de que las personas homosexuales no eran diferentes a ellos. Cuando marchaba junto a otras personas delante de la Casa Blanca, el Departamento de Estado o el Independence Hall, tan sólo cinco años antes, su objetivo era que pareciera que podían trabajar para el gobierno de los Estados Unidos. Junto a Kameny marchaban diez personas entonces y no avisaron a la prensa de sus intenciones. Aunque se había asombrado por la agitación de los participantes en el Recordatorio Anual de 1969, más tarde dijo que, "Para cuando lo de Stonewall, teníamos de cincuenta a sesenta grupos gays en el país. Un año más tarde había por lo menos mil quinientos. Dos años después, en la medida en que se podían contar, eran unos dos mil quinientos".
Randy Wicker describió la vergüenza por su propia reacción al cambio de actitudes tras los disturbios, de manera parecida al arrepentimiento de Kameny, "como uno de los grandes errores de su vida". La imagen de gays tomándose la revancha contra la policía, tras tantos años de permitir tales comportamientos sin luchar, "desataron un espíritu inesperado entre los homosexuales". Kay Lahusen, que había fotografiado las marchas de 1965, dijo que "Hasta 1969, este movimiento se llamaba de manera general el movimiento homosexual u homófilo... Muchos activistas nuevos consideran la revuelta de Stonewall como el nacimiento del movimiento de liberación gay. Desde luego fue el nacimiento del orgullo gay a escala masiva".
Extraído de Wikipedia.org