Mito: La homosexualidad es una enfermedad mental.
Hecho: "La homosexualidad, de por sí, no implica ningún impedimento en el juicio, la estabilidad, la confiabilidad ni las capacidades sociales y vocacionales en general. Es más, urgimos a los profesionales de la salud mental a que tomen la delantera en eliminar el estigma de enfermedad mental que usualmente se asocia con la orientación homosexual. Más aún, apoyamos y urgimos que se rescinda toda legislación que penalice el acto homosexual entre adultos que lo consientan, en privado".
Esta Resolución fue aprobada en 1973 por la Junta Directiva de la Asociación Psiquiátrica Americana.
La orientación sexual y emocional de cada persona se establece a una edad muy temprana. Casi todos los expertos aseguran que ocurre al nacer; y con certeza antes de los cinco años.
La homosexualidad en sí no provoca anormalidades sicológicas. En cambio, el vivir bajo la presión de tener que fingir que no se es homosexual si puede costar mucho en términos de amor propio, y hasta puede causar serios daños sicológicos.
Sin embargo, en muchas sociedades la homosexualidad se considera muy normal. Este era el caso en las antiguas Grecia y Roma y en muchas tribus indígenas de América.
Más y más sociedades del presente llegan a tener una aptitud aceptante, y va creciendo el número de países que reconocen legalmente las relaciones como el matrimonio y cohabitación homosexual.
Falacia: El Sida es un castigo de Dios a los homosexuales.
Hechos: Entonces, ¿Es la polio un castigo de Dios a los niños? ¿Es la anemia falciforme Su castigo a los negros? Los varones homosexuales fueron los primeros en contraer la enfermedad en los Estados Unidos, pero ellos no la causaron. Aunque el SIDA se transmitió primero entre heterosexuales en Africa Central, tampoco los africanos lo causaron.
El enemigo es la enfermedad, no los enfermos. El SIDA no discrimina. Aquellos que dicen que el SIDA es un castigo de Dios a los homosexuales se olvidan de mencionar el hecho de que casi no se da entre las lesbianas.
Cuestión: La homosexualidad es un pecado.
Hechos: La Biblia contiene seis pasajes que condenan el comportamiento homosexual. La Biblia también contiene numerosos pasajes que condenan el comportamiento heterosexual.
Aunque los teólogos y estudiosos aún no están de acuerdo en cuanto a las interpretaciones bíblicas, si están de acuerdo en una cosa: Jesús no dijo absolutamente nada acerca de la homosexualidad.
Entre las cosas que según la Biblia son "abominables" o "inmundas" están el adulterio, el incesto, y también ponerse ropa hecha de más de un tipo de fibra, y comer crustáceos como el camarón y la langosta.
La religión con frecuencia ha sido mal utilizada para justificar el odio y la opresión. Hace menos de medio siglo, los bautistas en los Estados Unidos defendían la segregación racial basándose en que estaba permitida en la Biblia.
Los primeros cristianos no eran hostiles hacia los homosexuales. La intolerancia empezó sólo después del siglo XII.
Hoy, mucha gente ya no cree que la homosexualidad es una enfermedad o un pecado. Pocos condenarían la heterosexualidad como inmoral, a pesar de la alta incidencia de violaciones, incesto, abuso de niños, adulterio, violencia familiar, promiscuidad y enfermedades venéreas entre los heterosexuales.
Por fin, muchos dentro de las religiones organizadas están comenzando a prestar atención a la homofobia de la iglesia.
El Consejo Nacional de Iglesias de Cristo, la Unión de Congregaciones Hebreo-americanas, la Asociación Universalista Unitaria, La Sociedad de Amigos ("cuáqueros") y la Hermandad Universal de Iglesias Comunitarias Metropolitanas apoyan los derechos
civiles para los gays y las lesbianas al igual que para la demás gente.
Mito: A los niños no les afecta la homofobia.
Hecho: El suicidio se ha convertido en una de las principales causas de muerte entre los jóvenes. Las estadísticas indican que la incidencia del abuso de drogas y el suicidio es mucho más alta entre la juventud gay y lesbiana.
La opresión social y el miedo al rechazo suelen llevar a la depresión, el abuso de drogas y hasta el suicidio. Casi todos los grupos tradicionales de apoyo al joven (la familia, la iglesia, las escuelas) rechazan, condenan o niegan la existencia de esa juventud gay y lesbiana.
Sin un sistema de apoyo, muchos de estos jóvenes se convertirán en víctimas de nuestra sociedad homofóbica.
Mito: Uno mismo escoge ser homosexual o heterosexual.
Hechos: Cuando nos enamoramos de alguien, bien sea del mismo sexo o del opuesto, es por una combinación de muchos factores. Casi todo el mundo siente que su orientación sexual no es una decisión suya sino un impulso natural.
Si usted es heterosexual, ¿recuerda haberlo escogido? Tratar de cambiar este impulso natural de una orientación a otra es por lo general imposible. La alternativa que si tenemos es la de cómo vamos a tratarnos los unos a los otros.
El odio hacia los gays y las lesbianas es obra de humanos, no de Dios. Como casi cualquier otro grupo, la mayoría de las mujeres y hombres gay son gente buena, interesados en el futuro de su nación y del mundo.
No piden favores especiales; simplemente el respeto y los derechos que todos debemos disfrutar, sin miedo a los ataques verbales o físicos. Lo que cada persona si elige es cómo nos tratamos los unos a los otros.
Falacia: Las causas de la homosexualidad son la mala crianza y/o los problemas familiares.
Hechos: No hay evidencia concluyente que apunte a una "causa" para la homosexualidad o la heterosexualidad. Los gays igual que los heterosexuales vienen de todos los tipos de familia. Como siempre, el buen padre es aquel que enseña a tener amor a otros y a si mismo, y respeto hacia los demás.
Mito: Los homosexuales no contribuyen en nada a la sociedad.
Hechos: Hoy en día e históricamente, la gente homosexual y bisexual ha hecho innumerables contribuciones a la sociedad (Ver "No eres el único") : Platón, Leonardo da Vinci, Julio César, Miguel Angel, Federico García Lorca, Walt Withman, Oscar Wilde, Tchaikovski, Alejandro Magno, Martina Navrativlova, Pedro Almodovar, Elton John, K. D. Lang, Truman Capote. Hoy, mucha gente influyente y bien conocida es gay, lesbiana o bisexual. Pero la gran mayoría esconden su vida privada, (como hizo el actor Rock Hudson). Viven temerosos del odio y la intolerancia que recibirían si alguien asociara la palabra "gay" con sus nombres.
Conclusión
La homofobia es un prejuicio como cualquier otro, y tan injusto como cualquier agravio que propicie la marginación; y necesita de la ignorancia para promover el temor y el odio hacia los homosexuales.
Como individuos, y como sociedad todos resultamos diminuidos cuando alguien ejerce violencia sobre otro.
CHA (Comunidad Homosexual Argentina)